Pues que se arma la reunión de alto nivel: el presidente de Singapur, Tharman Shanmugaratnam, anda de visita en México y, como buen anfitrión, el gobernador Mauricio Kuri aprovechó para sacar la tarjeta de presentación queretana. Y no fue tarjeta sencilla: fue la de “somos buenos para la manufactura, la manufactura avanzada, los data centers y hasta la onda de los semiconductores”. Todo, dicho muy derechito y muy formalita la cosa.

Kuri llegó acompañado del secretario de Desarrollo Sustentable, Marco Antonio Del Prete Tercero, quien suele llevar la lista completa de lo que Querétaro ofrece para invertir, innovar y hacer crecer industrias. La idea era clara: mostrar por qué la entidad se ha convertido en uno de los destinos favoritos del Fondo Soberano Temasek, orgullo de Singapur y uno de los grandes inversionistas que ya le ha apostado a Querétaro.

Y parece que los visitantes no solo vinieron a saludar. Les llamó la atención la estrategia queretana para descarbonizar la economía y reducir emisiones. El famoso impuesto ambiental y el sistema de compensaciones captaron miradas, porque no todos los estados tienen políticas tan puntuales en ese rubro. A los singapurenses les interesa el asunto, quizá porque también allá el tema verde es prioridad seria.

Mientras tanto, en la mesa también estuvieron las gobernadoras Tere Jiménez, de Aguascalientes, e Indira Vizcaíno, de Colima, además del gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz. Cada quien compartió los dolores de cabeza que enfrentan en sus estados y las estrategias que aplican para sortearlos. Lo típico: seguridad, crecimiento, infraestructura, innovación… pero esta vez con invitados internacionales escuchando.

El encuentro fue más que un intercambio de discursos; sirvió para que los estados mostraran de qué están hechos y para que Singapur, que no da paso sin huarache, identificara dónde puede haber cooperación futura. Querétaro, por lo pronto, dejó claro que quiere seguir en la mesa de los que apuestan por el desarrollo sostenible, la tecnología y los vínculos globales.

Y así, entre manufactura, semiconductores y reducción de CO₂, los queretanos hicieron lo que saben: ponerse en el mapa sin levantar la voz, pero dejando mensaje.