Cuando se trata de dispositivos médicos, no hay margen para improvisar. Por eso, la COFEPRIS lanzó una Alerta Sanitaria por la venta ilegal del Cistoscopio, marca Schölly, un producto que anda circulando en México sin registro sanitario y que, para acabarla de amolar, ni siquiera es reconocido por su fabricante.

La Secretaría de Salud de Querétaro dio a conocer que el aviso se emitió luego de una revisión técnica derivada de información presentada por el representante legal de Schölly Fiberoptic GmbH. ¿El problema? Que el cistoscopio apareció a la venta en plataformas de comercio electrónico, páginas web y aplicaciones móviles, sin la autorización correspondiente de la autoridad sanitaria.

COFEPRIS fue clara: ningún producto con el nombre Cistoscopio, marca Schölly, está autorizado para venderse en el país. Y eso no es un detalle menor, porque se desconoce de dónde viene, cómo se fabricó, en qué condiciones se almacenó y por dónde pasó antes de llegar al mercado. En otras palabras, no hay manera de asegurar que sea seguro, eficaz o de calidad.

Ante este panorama, la autoridad pidió a los profesionales de la salud afinar el ojo. Revisar etiquetas, desconfiar de errores ortográficos o cambios raros, y no comprar este dispositivo bajo ninguna circunstancia, sin importar lote o número de serie. Si alguien sabe dónde se está vendiendo, lo correcto es denunciarlo. Y si hubo algún incidente adverso por su uso, reportarlo en el sistema de Tecnovigilancia.

A distribuidores y farmacias también les tocó jalón de orejas: solo comprar dispositivos médicos en lugares con Aviso de Funcionamiento o Licencia Sanitaria. Si el producto aparece en bodega, la instrucción es clara: inmovilizarlo y avisar a la autoridad.

En temas de salud, la regla es sencilla: lo que no está autorizado, no se usa. Y este cistoscopio, por ahora, queda completamente fuera del quirófano.