Las escuelas que vuelven a respirar: un año de reconstrucción silenciosa en Querétaro
A lo largo de 2025, mientras la vida escolar seguía su curso cotidiano —el timbre, los recreos, las tareas, los salones que a veces resisten como pueden—, la USEBEQ emprendió un esfuerzo que rara vez ocupa titulares, pero que sostiene la vida diaria de miles de estudiantes: rehabilitar 685 planteles públicos de educación básica. Más de 500 millones de pesos destinados a un trabajo que ocurre en patios, techos, aulas y bodegas, y que beneficia a más de 78 mil niñas, niños y adolescentes.
La inversión no es solo una cifra; es la suma de muchos gestos materiales: una brocha de pintura cubriendo una pared que antes tenía humedad, un ventilador que suaviza un salón caliente, una luminaria que permite aprender sin sombras. También son los impermeabilizantes que protegen techos cansados por la lluvia, las losetas nuevas que cambian la sensación de caminar por el aula, las pantallas y computadoras que conectan a los estudiantes con herramientas de aprendizaje más actuales.
En el centro de estos recorridos aparece Irene Quintanar, coordinadora general de la USEBEQ, quien viajó por regiones diversas para entregar y supervisar los apoyos. Su presencia en escuelas afectadas por lluvias o con rezagos visibles no solo fue administrativa: llevó consigo una señal de escucha hacia comunidades que, durante años, han registrado necesidades acumuladas.
En cada plantel, la rehabilitación tiene un rostro distinto. En algunos, significa que las goteras dejarán de interrumpir clases. En otros, que el mobiliario permitirá mayor comodidad. En muchos, simboliza un reconocimiento: que esos espacios son importantes, que ahí también se invierte, que el aprendizaje merece condiciones adecuadas.
El discurso institucional señala que esta inversión es una apuesta por el presente y el futuro de la niñez queretana. Pero más allá de la frase, hay un trasfondo más humano: cuando una escuela mejora, también lo hace la percepción de quienes la habitan. Docentes que sienten respaldo, estudiantes que encuentran un entorno más amable, comunidades que ven un compromiso renovado del estado.
La USEBEQ afirma que estas acciones continuarán, que la rehabilitación de planteles seguirá siendo prioridad para garantizar entornos seguros y funcionales. Mientras tanto, en muchas escuelas, el cambio ya se percibe: una luz más clara, un salón más fresco, un espacio que por fin vuelve a sentirse cuidado.















